El centro se encuentra en la madrileña calle Lagasca. El cambio de ambiente desde la calle al local fue tremendo: llegaba como 15 minutos tarde (tengo que mejorar mi capacidad de calcular el tiempo que tardo en llegar a cualquier sitio en base a la hora del día y el tráfico...), así que iba caminando muy rápido bajo el brillante sol de 'veroño'. De repente entro en el Centro, en el que la oscuridad es casi total, iluminado tan solo por luz ambiental muy indirecta y velas (de ahí que tenga pocas fotos). Recuerdo una peña fuente con manzanas y velas en el centro de una estancia con rodeada por tres bancos. Un suave aroma a incienso y una música suave y relajante envolvía el ambiente. Me ofrecieron agua y casi al instante entré a mi masaje.
La iluminación de las cabinas es similar, dotadas de dos camas (el centro ofrece masajes en pareja), muy bajitas, cómodas a la hora de subir y bajar de ellas, y regulables para que los masajistas puedan hacer también cómodamente su trabajo. Toallas suaves, luz de velas, un buda... Me preparé para comenzar.
Nunca me había dado un masaje a cuatro manos y al menos una vez en la vida hay que disfrutar de la experiencia... Cabeza (con mi correspondiente gorrito de algodón), cara, hombros, clavículas, brazos, manos, espalda, piernas, pies... ¡Me encantan los masajes en las piernas y yo sin saberlo! Desde luego el momento encontrar bolas y contracturas en la espalda es doloroso y antes de empezar me preguntaron mi historial médico por si había fracturas o alguna cosa a destacar, y constantemente me preguntaban por la presión del masaje (por cierto se me debió ir un poco de las manos, ¡tengo agujetas! pero desde el centro me confirman que es completamente normal). Pero lo mejor es la sensación al terminar: los minutos posteriores en los que me quedé sola en la cabina tranquilamente tumbada la relajación era total, ¡total! El resto del día fue como ir en una nube.
Me escapé de la cabina y me perdí por el centro (literalmente), es un auténtico laberinto de salas de espera con una estupenda ambientación: con bancos metálicos y fuentes con manzanas y velas, todo casi a oscuras, todo lleno de velas, con esa música relajante y ese sutil aroma a incienso. Antes de irme me tomé dos tazas de té de vainilla y chocolate que estaba a la misma temperatura que el cuerpo (me ofrecieron cava, pero me tenía que ir a trabajar), y pude charlar un poco con el director del centro.
El centro tiene dos pisos, una barbaridad de metros cuadrados, una lista de espera de un mes (desde que contactaron conmigo hasta que me agendaron pasaron 5 semanas), y en un solo fin de semana pueden llegar a dar hasta 600 masajes. Tienen 15 salas y 23 masajistas todxs ellxs filipinxs expertos en la técnica del masaje oriental. El masaje filipino afecta a cuerpo y alma, ya que gracia a la acupresión se activan canales energéticos de desbloquean y restauran el equilibrio. El té que más sirven junto con el masaje oriental es del Pai My Tan, de peonía blanca, al que se le atribuyen propiedades medicinales, favorece la circulación de la sangre y además ayuda a eliminar las toxinas que le sobran a nuestro cuerpo.
En definitiva Fariolen Manila está diseñado para disfrutar de una experiencia absoluta a nivel sensorial (vista, olfato, gusto, tacto y oído, no se dejan absolutamente nada), donde la finalidad es relajarse, en solitario o en compañía de alguien especial, y para gente de cualquier edad, jóvenes, adultos...
¿No os parece una gran manera de empezar la semana?
GRACIAS A TODAS POR LEER, COMENTAR Y COMPARTIR.
¡¡UN ABRAZO!!
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pues me vendria genial.jajaja,besos guapa
ResponderEliminarToda una experienciaaa!! Relaja solo de leerlo^^ qué buena manera de empezar el día :)
ResponderEliminarMil besitos guapisimaa
Jajajaja, fue muy relajante sin duda.
EliminarA mi también me encantó!
ResponderEliminar¿También los ha probado? Es muy chachi!
Eliminartuvo que ser alucinante!
ResponderEliminarAis si Eneri, fue genial.
EliminarQué ni el de envidia más malo tengo ahora mismo... Con lo que a mí me gusta un masaje!!!
ResponderEliminarMe encantaría probarlo, la verdad.
¡Un saludito!
Uf! Al menos una vez en la vida hay que probarlo Emilia, sin duda :)
EliminarUn besote
madre mía! que pasada!!!
ResponderEliminarque envidia me acabas de dar... :P
besos
Que buen lugar, el paraíso literalmente :P
ResponderEliminarDebió ser una gran experiencia^^
Un saludo :)
Desde luego que si!
EliminarUn besote!
Yo necesito uno a cuatro manos, ya mismo, que bien me iría. Saludos!
ResponderEliminarMenuda envidia. Es leer tu descripción del centro y morirme de ganas de ir.
ResponderEliminarLa verdad es que sitios donde lo cuidan todo, desde la decoración, ambiente, masaje e incluso esos minutos después del masaje en el que te quedas sola, valen mucho la pena aunque se tenga que esperar un mes.
Un besazo, guapísima
Yo creo que es primordial cuidarlo bien todo en este tipo de experiencias, es sin duda un punto indispensable para conseguir que la experiencia sea perfecta.
EliminarUn besote Judit
Tiene que ser una experiencia muy agradable!
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