Rose Gold de Sleek.

Parece que Sleek ha venido pisando fuerte desde que llegó a España. Reconozco que no soy una gran amante del maquillaje low cost, prefiero menos cosas y mejores, pero también soy humana y muchas veces veo cosas que me gustan y no puedo evitar traérmelas a casa. También tengo que reconocer que he dado con cosmética de bajo coste que me ha ido muy bien, pero ha sido en contadas ocasiones. No obstante, tenía que probar Sleek, por supuesto: lo veía en muchos blogs con unas opiniones fabulosas. Me lancé primero con una de sus paletas de sombras de ojos, la Au Naturel porque me encantaba su combinación de sombras marrones y naturales, la veía ideal para el día a día. Tengo que decir que la utilizo bastante, mínimo una vez en semana, pero también noto que el color no me dura en el párpado todo lo que me gustaría y a veces incluso el color muta. Pero tengo que reconocer sin embargo que la relación calidad-precio es muy buena, y que incluso he regalado alguna. Además tiene la ventaja de que, al ser compacta y tener ese espejo tan grande es fácil de llevar en el bolso y retocar el maquillaje alguna vez.

Así que como este año me he dado a los coloretes, no podía dejar de hacerme con alguno de los de Sleek, que si bien entra dentro del maquillaje low cost, no es el más barato del mercado, pero sigue siendo asequible para todos los bolsillos, y con una gama de colores que se ajusta a los gustos de todas. Me decanté por uno de los más famosos, de hecho me costó un poquito dar con él: Rose Gold. 

He tenido una relación muy extraña con Rose Gold: el color es muy bonito, es coral con destellos dorados, con muchos muchos destellos dorados, de hecho cuando incide la luz de un ángulo determinado únicamente se ve dorado, nada de coral. Es mas bien colorete con iluminador, 2 en 1, que con un rostro bronceado tiene que quedar realmente espectacular. En cuanto a la pigmentación es correcta, sin ser una exageración como los coloretes Instain de The Balm, que es hasta difícil de controlar. Rose Gold se trabaja estupendamente, y da un color muy bonito y saludable al rostro. Y sin embargo tenía la sensación de que no me durada nada, que en un par de horas desaparecía completamente, sin dejar ni rastro. Lo primero que pensé es que al ser low cost... (sí, también hay coloretes más caros que vuelan de las mejillas). Opté por buscar otras opiniones, por ver si a alguien más le pasaba, pero no, todas aseguraban que la duración del colorete era estupenda, así que mi conclusión fue que algo estaba haciendo mal. Así que lo que hice fue aplicar más producto. No se subía mucho el color y... ¡premio! 6 ó 7 horas después de habérmelo aplicado ahí seguía, no con la misma intensidad, pero estaba en su sitio, bonito y fabuloso.

Mi error había sido que estos días estaba también dándome a los coloretes de The Balm (Instain, los How 'bout them apples? (de los que tengo pendiente hablaros) y Staniac), que son muy modulables pero que hay que ir con cuidado para no pasarse, así que con el de Sleek iba también con pies de plomo y en cuanto lo veía en la piel paraba de aplicarlo. Pero una vez que le he cogido el tranquillo tengo que decir que me hace feliz, y no descarto hacerme con alguno más de hecho.

El envase, negro y elegante, y que cierra que da gusto, hasta el punto de haberme dejado más de una manicura abriéndolo, contiene 8 gramos y un espejo cuanto menos decente. Su precio es de 5,50€ y lo podéis encontrar en Maquillalia, en tiendas Primor, en la tienda Birchbox...

Seguro que a muchas de vosotras os encanta. ¿Lo habéis probado?