Arrancando motores

6 abr 2013

Recuerdo mis primeros contactos con el mundo de la cosmética (salvando los juegos infantiles que consistían en utilizar el maquillaje de mi madre, siempre sin que ella se diera cuenta claro). Tenía 16 años y mi tía (mi madrina) se casaba, mi madre me llevó a hacerme una limpieza de cara; a la salida me regalaron una crema exfoliante y otra hidratante dentro de un neceser azul y blanco que aún conservo. Días más tarde comencé a hacerme las pruebas para poder ponerme lentillas, y para acostumbrarme a tocarme los ojos mi oftalmólogo me recomendó que practicara pintándome la línea interior del ojo. ¡No tenía ni idea de que se pudiese pintar el ojo por encima de las pestañas de abajo! Desde entonces no puede faltarme un lápiz de ojos negro esté donde esté, y no puedo pasar un solo día sin mi crema hidratante.

Después de 10 años mi pequeño neceser y mi tocador se han convertido en un auténtico arsenal: hidratantes corporales, cremas de manos, limpiadores, geles, bases de maquillaje, lápices, mascarillas, sombras, correctores… ¡me gusta probarlo todo! Y me encantaría poder compartir todas mis experiencias y descubrimientos, por eso me he decidido a abrir este espacio.

Bienvenidas a Cosmetic Art. 

1 comentario

  1. Algo así es lo que me ha pasado a mi desde que he empezado a meterme en este mundillo y a leeros y aprender cada día un montón de cosas nuevas.

    Un besín

    ResponderEliminar